Adaptarse a la economía mundial, un desafío pendiente

Los tiempos han cambiado. La economía también. La política y los países han tenido que adaptarse a la nueva dinámica de un mundo con personas más conectadas, a nuevas fuentes de empleo y a la transformación de las cadenas de valor. Todos estos cambios tienen en común una profunda revolución digital que marca hoy cada segundo de nuestras vidas.

En esta nueva Era de la economía digital, las personas y las organizaciones pueden generar niveles de conocimientos, innovación y sincronización sin precedentes. Al automatizar las operaciones y las actividades de recolección de datos, es posible administrar procesos a distancia, monitorear tendencias y adquirir ventajas competitivas superlativas. Estos factores han transformado las cadenas de valor y han redefinido el mapa geopolítico de modo radical.

Un país que decidiere ignorar esta evolución podría estar condenándose a una irremediable agonía. Un reciente estudio de la afamada firma McKinsey & Company concluye que “el imperativo es claro: retrasarse en el desarrollo de redes internas y externas podría ser un error fatal”.

Se trata de una nueva forma de comprender el mundo y no de una creación del marketing. Tengamos en cuenta que países como Malasia: La clave para sacar pleno provecho de las bondades de la economía digital es la velocidad con que se obtengan los conocimientos y la información apropiada, en el momento justo. Una era caracterizada por niveles sin precedentes de híper-conectividad que demanda la existencia de organizaciones que operen en tiempo real.

Hoy resulta clave comprender verdaderamente cada cadena de valor y planificar para ubicarse en un lugar privilegiado de ese ecosistema. Un ejemplo común en el mundo de los negocios es el del iPhone. Si bien este producto aportó USD $1.900 millones a las exportaciones de China del 2009, este importe sólo representó una fracción reducida de sus ventas externas por este producto que generó USD $13.003 millones en el mismo año. Eso se explica porque la mayor incorporación de valor se genera en servicios como la innovación, estandarización, I+D y diseño, entre otros aspectos.

También cambió la forma de hacer los negocios. Hoy las plataformas de comercio entre empresas, que no reconocen fronteras y amplifican las oportunidades, superan en volumen de ventas a eBay o Amazon. Solamente Ariba.com cuenta con 1,6 millones de usuarios en todo el mundo, está presente en 170 países y mueve US$800.000 millones al año, el doble de las ventas de Amazon en 2014 (US$90.000 millones); eBay (US$17.902 millones) y Alibaba (US$4.219 millones en el último trimestre de 2014), todas juntas. Vale decir que en la nueva economía digital no hay más barreras para el crecimiento que la mera falta de comprensión del entorno en el que hoy nos debemos mover.

Estados y empresas que no sepan aprovechar estas oportunidades que brinda la nueva dinámica de negocios perderán oportunidades de crecimiento que el dinero no puede comprar.